Peugeot 205 OSC

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domingo, 5 de junio de 2011

Test racing: Austin Metro Gr. B de MSC




Habiendo adquirido recientemente el coche, acudí a la primera prueba del campeonato que organiza muy bien por cierto la gente de Valdeslot, en Luarca (Asturias). Mi intención era correr en grupo N con mi super-fiable Citroen C4 y después de terminar el rallye darle unas vueltecillas al Metro para ver cómo se comportaba.


Antes del rallye, los mecánicos trabajando en el C4, terminando los últimos retoques, poco se esperaban lo que vendría luego...

Como el comienzo del rallye se retrasaba un poco, cambié de planes: Cogí el Metro, le quité el imán y a la pista (me permití ese lujo porque eran unos tramos que ya habían sido rodados anteriormente por la mayoría de los pilotos que allí había, ojo, no es una cosa que yo suela hacer, jeje).

Aconsejado por Jose Antonio Fernández, de Sieroslot, que corría con un Ford RS200 de la misma marca, puse poca corriente (-"el motor es indomable"-, me había dicho, o sea que partí de una potencia baja, 10V.) y empecé a rodar con cierto recelo, un coche alto, cortito, con un megamotor...

Comencé a rodar, -"este motor no tira abajo"-, quité resistencia al mando (tengo un Professor Motor de los más sencillos: resistencia y freno); -"este motor sigue sin tirar"-, le quité más resistencia aún para ganar más bajos y... -"oye, ¡cómo va!"-, derecha, gas a fondo para cruce... ¡lo ha dado a fondo!, acelero fondo para derecha leve ¡a fondo también!, -"oye, ¡esto va muy muy bien!"-, no daba crédito a lo que estaba pasando: ruedas de serie en ambos ejes, motor de serie, ningún reglaje previo... ¡esto es un pepino!. Total: Como había categoría de clásicos, me decidí a correr con él, dejando el C4 arrinconado en el taller y con los mecánicos con un palmo de narices...


Piloto y copiloto deliberando con el jefe de equipo. La decisión era difícil, hacer debutar un coche sin test alguno previo al rallye era un tema delicado.


Pero al final la decisión se tomó y todos los mecánicos se pusieron manos a la obra con el nuevo coche. ¡Qué eficaces son estos chicos de Citroen!


Una vez ya en pleno rallye, tras la primera pasada por los 4 tramos Ninco que nos tenían preparados, vamos convenciéndonos más aún de que el coche es un cohete (y eso que está de estricta serie), pero a medida que le exigimos más empezamos a notar alguna cosilla rara, pues se nos sale en apoyos fuertes en entrada a horquillas, con lo que decidimos aflojar un pelín la carrocería (¡tan de serie íbamos que no habíamos hecho ni esto!) y ya notamos mejoría; aún así, tirándose ya a muerte a por los vértices se nos sigue saliendo en algunos apoyos delicados: decidimos montar perfil bajo delante (otro reglaje básico). El coche mejora a marchas forzadas, pero a mitad de la 3ª pasada noto cierto bajón de prestaciones, ¿ya lo ha dado todo? ¿tan rápido me he acostumbrado a él que ya me parece que no anda?: Craso error, mi jefe de mecánicos me dice que se nos ha despegado una llanta y llevamos la correa de transmisión fuera del sitio... ¡cachis, iba a ir bien el cacharrín con un palier suelto! Vamos corriendo a la asistencia, procedemos a soldar bien el palier (léase pegar llanta con Loctite) y voilà, ¡volvemos a encontrarnos con el coche del principio!



Los pilotos están demasiado recostados hacia atrás, ¡y eso que el motor no es turbo, precisamente! :)


Ya cerca del final del rallye, el coche va genial, cuando se sale es por fallos míos, pues no soy ningún crac, va como una lapa por el carril (le acabamos de medir 7 Gauss) y si me paso en una curva la guía mantiene el coche dentro aunque vaya con una rueda por fuera de la pista. Hemos descubierto que, en un toque con una piedra, se nos ha descolgado de un extremo el alerón delantero, una cosa a reparar, y la correa se nos ha vuelto a salir una vez más, con lo que ya tenemos deberes para futuros eventos: poner una correa de transmisión más corta, poner una correa de transmisión más corta, poner... (copiar 100 veces).


Mire por donde se mire, el coche resulta espectacular. Excelente el trabajo realizado por MSC.

Una vez finalizado el rallye, Ángel "Ferre" Fernández, ganador del mismo y compi de escudería, al verme tan contento con mi pequeñín decide probarlo (él se ha comprado uno igual, aunque versión oficial inglesa) y me termina de arrancar el alerón, que se va derecho al furgón de asistencia. Tras pegarle unas vueltas al coche dice que no le gusta mucho el motor en bajos (lo que habíamos notado nada más cogerlo), que él le pondría un NC-5 o similar, o sea que tome usted nota, lector.


El percance sufrido con el alerón delantero se solucionó fácilmente en el taller después del rallye.


Resumen:

Como puntos positivos, le pondría un 9 sobre 10 de estética, el coche es una preciosidad tanto estática como dinámicamente, da gusto verlo de cerca por sus mil y un detalles y da gusto verlo en pleno tramo, sobre todo si este está tan bien maqueteado como lo acostumbra a hacer la gente de Valdeslot, simplemente, parece que estás viendo un vídeo por la tele de aquellos años '80. También le pondría una nota muy alta en comportamiento de serie, el coche es rapidísimo y muy estable pese a su altura y su corta batalla.

A mejorar: Estéticamente, por poner algo, no me gustan mucho los faros delanteros, pero no es nada que no se pueda solucionar con un pincel seco y gris, blanco y negro por aquí y por allá. La posición de piloto y copiloto tampoco me gusta demasiado, a no ser que estén en plena aceleración a la salida de una horquilla, jaja... Mecánicamente, lo que ya he señalado, acordaos de pegar las llantas y cambiar la correa de transmisión por una más corta. Lo del motor ya es según el gusto de cada cual, pero probadlo con el original y decidid en consecuencia.


Una vez en el taller, después del rallye, hemos notado que debido a la basculación, se nos ha desgastado un poco el faldón delantero (de goma auténtica, por cierto) al rozar con el asfalto en los apoyos, ¡más racing imposible!



Yo creo que el frontal se podría mejorar metiendo un poco de negro en las rejillas de ventilación de la calandra y pintando un poquitín esos faros , que casi ni se aprecian.


El coche parece un culturista, un tío hipervitaminado atiborrado de esteroides hasta los ojos. Si os fijáis bien, debajo de todas esas "neveras", cajas, apéndices aerodinámicos y demás parafernalia racing ¡hay un Austin Metro!


Total, en manos de un conformista como yo, que no le exijo demasiado a las mecánicas (más que nada porque me aborrecen las interminables jornadas de tests: quita esto, pon lo otro, vuelve a poner aquello, etc), el coche es un auténtico pepino, no quiero yo pensar cómo iría en unas manos más expertas, tanto de gatillo como mecánicamente... pero eso lo dejo para otros.

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