Peugeot 205 OSC

Peugeot 205 OSC

domingo, 12 de junio de 2011

Porsche 911 Carrera de Fly

El primer rallye de la temporada'78, el Rallye Montecarlo, auguraba una lucha sin cuartel entre las dos marcas que a priori se jugarían el título a final de la temporada, Fiat (con Alen y Röhrl como primeros espadas a los mandos del 131 Abarth) y Ford, con su Escort MKII y Waldegaard y Mikkola como principales aspirantes al título. El Montecarlo fue un duro correctivo para ambas, pues un equipo privado les puso las pilas, el Porsche conducido por Jean-Pierre Nicolas y Vincent Laverne preparado en los talleres de los hermanos Almeras.






Siempre fiel a Renault, Jean-Pierre Nicolas (Marsella, 22-1-1945) se vio sin volante oficial para la temporada, al ser considerado un piloto rápido y muy seguro pero no un "top" por la marca francesa. Al encontrarse sin asiento para la temporada, varias marcas se pusieron en contacto con él, llegando a pilotar ese año ¡con 5 marcas diferentes! (Porsche, Citroen, Ford, Opel y Peugeot), consiguiendo la victoria en tres rallyes, el Monte con el Porsche y el Costa de Marfil y el Safari con el Peugeot 504 V6, mientras que con el Opel Kadett GTE fue 7º en Córcega, ¿qué pensarían de todo esto en Renault?

Nicolas, que cuenta con 5 victorias en el Campeonato del Mundo de Rallyes, terminó su carrera como piloto a finales de 1984, después de haber participado en todo el proceso de puesta a punto de un mito de los rallyes, el peugeot 205 Turbo 16 de Grupo B.
Su cuarta plaza en el Tour de Corse de 1984 quedará para siempre como el último gran logro del que fue uno de los mosqueteros del equipo Alpine al comienzo de los años '70.

Por cierto, este coche cuenta con una anécdota muy curiosa. Estando el Porsche ya totalmente listo en el taller de los hermanos Almeras para la salida al día siguiente, la desesperación es total: no hay patrocinador que costee el rallye. Pero a las 4 de la tarde se recibe una llamada de la gente de Gitanes: -"Estamos de acuerdo con el presupuesto, pero el coche debe salir al rallye con nuestros colores"-. A partir de esto, comenzó la cuenta atrás. De blanco tiene que cambiar a azul y con el logotipo de la marca, una gitana, en el capot. El pintor encuentra una cajetilla de dicha tabaquera y se pone manos a la obra, yendo a casa del fabricante para encontrar el azul adecuado y trazar el dibujo en el capot delantero según el minúsculo modelo del paquete de tabaco. Sólo los parachoques y el techo no tuvieron tiempo de ser pintados, pero el reto se consiguió: de madrugada, el coche salió para Mónaco para las verificaciones técnicas y... el resultado de la proeza ya la conoceis.



El 911 de FLY


En una primera impresión, al verlo en la caja metido uno se lleva una pequeña desilusión: El coche viene sin publicidad (la tontería de prohibir la publicidad tabaquera nos ha dejado sin los logos de GITANES del original, vaya por dios), los neumáticos parecen más dignos de un vehículo agrícola que de un coche de carreras, y claro, con semejante perfil de goma, nos encontramos que los pobres pilotos del bólido deben de haberse subido a él con escalerilla, porque la altura con el suelo es considerable.
Tras curiosear un poco por la caja y su entorno, vemos una pequeña bolsita semioculta en la parte inferior con el letrerito "Sólo para adultos" , ¿y esto?, oh, grata sorpresa, una hoja de calcas para completarlo como el original, ya podemos fumarnos unos Gitanes! (de ahí el letrerito, claro, no vaya a ser que lo abra un niño y le entren unas ganas irrefrenables de fumar), incluso trae una hojita de papel para que sepas dónde colocarlas.


Una vez el coche fuera de la caja empezamos a ver los acabados típicos de un coche de Fly, el frontal simplemente es perfecto, con unos faros muy bien definidos y unos cuneteros muy reales, apuntado efectivamente a las cunetas. El color de los mismos, el típico amarillo francés de aquellos años, de sobresaliente.


La trasera también está lograda, me encantan las rejillas de ventilación en el capot y en el alerón, así como las piezas de goma de la defensa.


Da gusto ver el coche hasta por su parte inferior, casi parece una maqueta, con motor, caja de cambios y sistema de escape muy bien detallado; también se aprecian, ya en menor calidad (no se puede pedir todo) palieres, trapecios de suspensión, barras de dirección, estabilizadoras, etc.


Los ejes, si exceptuamos los neumáticos, tienen unas llantas preciosas, con las traseras muy desplazadas, distintas de las delanteras, que van casi a ras con el aro exterior de la llanta.


Al abrir el coche, no nos gusta mucho lo que nos encontramos, el motor por detrás del eje trasero (los de Fly lo hacen tan real que a veces sacrifican el comportamiento para tener calidad "maquetil") barrunta que no lo vamos a pasar bien en los tramos, no sé por qué me da. Además tampoco tiene guía de muelle, tan necesaria en los tramos de hoy en día.




Mención aparte merece el interior, perfectamente detallado, ¡hasta se pueden leer las notas del copiloto!, con sus relojitos, sus mil y un anclajes, trabillas y cierres de seguridad de los arneses; también tiene retrovisor interior, increíble, y piloto y copiloto, al tener el motor trasero gozan de sitio para todo su cuerpecillo enterito ahí metido. Como nota sobre los navegantes, decir que los brazos no vienen en la misma pieza que el tronco, para aquellos que gustan de ponerlos saludando y demás, es más, al piloto se le pueden separar los guantes, quizá también para girarlos y poner su mano sobre alguna palanca de las varias de las que consta el detallado habitáculo del Porsche.



Mucho me temo que a piloto y copiloto les intercambiaré las cabezas (de ahora en adelante podeis llamarme Dr. Frankenstein, jaja), porque el piloto está mirando hacia abajo, como si se le hubiera caído una moneda por los pedales.


Después de la obligada sesión de posado para la prensa nos vamos al tramo, donde veremos cómo se comporta el artilugio.

Nos vamos de tests
Tras deshilachar y colocar las trencillas (duras como piedras), una vez en el tramo se confirman nuestros peores temores, pues no somos capaces de dar una sola vuelta sin salirnos de la pista. Dinámicamente el coche es un horror, se sale del carril a la mínima (la guía no cuenta con ningún sistema de suspensión), a la más mínima imperfección el coche se sale incluso en línea recta; el motor se dispara para luego no frenar, hay que tener mucho cuidado con el gas porque la culera nos adelanta si nos descuidamos. Y si intentamos tomar las curvas por el sitio, se nos cae la rueda y, cómo no, la guía se queda fuera.


En resumen, un coche para la vitrina, en tramo de rallye hay que ir con el gatillo al 10%, ni se os ocurra darle a fondo. Sólo es válido para darse una vueltecilla (sin tirarse a atacar a tope) en un circuito ancho y absolutamente plano, y sin intentar correr demasiado.

El Porsche de Fly, de estricta serie, no apto para principiantes. Los trompos (como el de la imagen) y las salidas de pista se suceden sin cesar.


Pero resulta que hay truco:

Todo esto ya lo sabían los puristas de Fly, y como saben que un coche como este es duro tenerlo en la vitrina y sólo mirar para él sin poder tirarse a muerte por esos tramos, pues han hecho un chasis "Fly Racing" para aquellos calientes que quieren "algo más".

El coche en versión "carreras de verdad". Al ponerle las calcas cambia como de la noche al día, de ser una decoración anodina, incluso fea, pasa a ser una auténtica preciosidad. Yo mismo me sorprendí al ir colocándoselas. La del techo se me rompió, habrá que tirar de pincel...

El chasis es bastante básico, consta de dos piezas: una base de plástico y una cuna de motor con soporte de eje trasero en una sola pieza móvil y regulable. Podemos variar la altura del motor a la pista y regular la dureza del invento con muy pocos tornillos (para vaguetes como yo, ideal). Mi unidad cuenta con muelles rojos (lo conseguí de 2ª mano), pero sospecho que los haya de diferentes durezas para aquellos que gustan de llevar las preparaciones al máximo.

Para meter esta nueva mecánica al bicho, tendremos que sacrificar el interior pues el antiguo, con la nueva disposición del motor, sencillamente, no nos vale. Yo he aprovechado lo máximo posible del habitáculo anterior y creo que me ha quedado bastante digno, aunque nunca será tan bonito como el interior original (el mundo de la competi...).


Nos ponemos a rodar con este chasis y... ay amigo, ¡esto ya es otra cosa! Olvidaros de todo lo dicho hasta ahora, pues es otro coche completamente diferente. El nuevo chasis lo traga todo, te puedes tirar a fondo y más, sólo con unos reglajes básicos ya se vislumbra un coche con el que se puede ir muy rápido y lo que es mejor, pasándoselo de muerte, pues goza de un comportamiento muy noble. El tubito para la guía es demasiado estrecho para una guía de Ninco, con lo que hay dos opciones: meterle lima a dicho tubito o poner una guía con el eje más delgado (que es lo que yo he hecho, gracias a mi compi de escudería Tato, que me la ha donado).



Con esto, sólo queda esperar la primera carrera donde podamos probar nuestro bólido comparándolo con los de nuestros rivales... os mantendré informados.


Un saludo.


Pedro.

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