Peugeot 205 OSC

Peugeot 205 OSC

lunes, 16 de abril de 2012

Plymouth Barracuda de SCX

El último en llegar:


Aunque nunca he sido un fanático de los "muscle cars", estos coches siempre me han llamado la atención (será mi lado más "macarra"), con lo que, aprovechando el lanzamiento por parte de SCX del Plymouth Barracuda, se ha venido para casa este "monstruo" de las vitrinas.


¿Quien fue el que dijo aquello de que "el tamaño no importa"?, ¡si parece un 1/24!

Pero ¿qué es un muscle car?

Pues se ha dado en llamar así a versiones potenciadas de coches hechos en Estados Unidos para el gran público bastante asequibles económicamente. ¿Os suena? Pues sí, salvando las distancias, serían, a nivel europeo, nuestros famosos GTI's, pero a la americana, es decir, a lo bestia.

El Barracuda tomó su nombre de un pez homónimo.


Bien sea por su tamaño, sus formas, su "42" que se te mete por los ojos, o por todo ello junto, el caso es que el Plymouth no pasa desapercibido.

Los tres requisitos básicos que un coche tenía que tener para ser un auténtico muscle car eran:
- Made in USA entre 1964 y 1975.
- Motor V8 delantero y tracción trasera.
- Carrocería de dos puertas.

Pero hete aquí que el Barracuda no era considerado un muscle car, sino un "Pony car". ¿La razón? Sencillo... es demasiado pequeño (¿¡!?). Pues sí, aunque la barrera entre los muscle cars y los pony cars no esté a veces muy clara, podríamos decir que los pony cars eran coches algo más pequeños, con gran capot delantero donde meterle el V8 y de trasera más bien corta.


Pero como toda época dorada tiene un fin, la de los muscle cars llegó con la crisis del petróleo de los años 70, cuando aquellos coches de grandes motores, grandes carburadores y grandes potencias no tenían razón de ser.

El coche real


El coche que tenemos aquí fue pilotado por David Earl "Sueco" Savage, que junto a su compañero Dan Gurney corrieron con sendos Barracuda en 1970 las Trans-Am Series. Los coches lograron 3 pole position, pero no lograron ninguna victoria. Con unos resultados bastante discretos (demasiados abandonos), su mejor posición fue un 2º puesto.


El coche de slot

Otra incongruencia más de SCX que me ha extrañado, sorprendido... y encantado. No sé muy bien a qué se debe el lanzamiento de este modelo, pero por eso mismo, es sorprendente y gratificante poder tenerlo entre las manos.

La estampa resulta imponente.

Neumáticos especiales Goodyear para transmitir la potencia del motor RX-42B de SCX a la carretera.

Detalles típicos de SCX: la toma de aire para el piloto o la manilla de la puerta perfectamente detallada.

Algo a mejorar son los dos tubos de escape que asoman por los laterales. No va a ser todo bueno. Si queremos un coche exclusivo, con poco esfuerzo y un poco de maña, se pueden mejorar bastante algunos pequeños detalles.


Estéticamente, el conjunto llanta-neumático es de lo mejor del mercado. Ahora sólo falta que estén bien centrados.

Los refuerzos para las lunas delantera y trasera están bastante bien conseguidos.
Típico frontal americano que parece que te va a comer. Los faros están cegados porque en circuito no se utilizan (y así, además nos libramos de las luces efecto xenon...).

Poco más se le puede pedir a una pintura (metalizada), lacado y tampografía prácticamente perfectas.

El capot delantero con su generosa entrada de aire y el omnipresente "42". Sobre los limpiaparabrisas, su cromado y su acabado podríamos hacer otro artículo aparte.


En pista


La verdad es que, entre la guía de chapitas y el sistema elegido para las ruedas delanteras (independientes, en lugar del eje clásico), la verdad, decía, es que no esperaba grandes cosas en cuanto al comportamiento del bicho.

Los mecánicos, ultimando la puesta a punto, ¿qué sorpresas nos depararían las pruebas?

Pues resulta que aquí me he llevado otra agradable sorpresa. El coche (sin imán) va muy muy bien, y eso que ni he engrasado nada y ni siquiera he recolocado el doble sistema de trencilla típico de SCX.
El coche va finísimo en recta, el motor empuja desde el principio y frena genial; teniendo en cuenta que lo he probado en una pista de madera con mucho grip, apenas rebota (seguro que buena parte de la "culpa" la tiene el sistema de cuna de motor-eje trasero).












Aquí arriba, si no nos fijamos muy bien, vemos algo raro. Tardamos en percatarnos que lo que falta es el eje delantero. A la derecha se puede ver la cuna del motor a la que últimamente nos tiene acostumbrados SCX y que tan buen resultado viene dando. También podemos ver los escapes, que si somos un poco finos, tendremos que retocar y dar color.






En ningún momento me ha hecho extraños el eje delantero, pese a que el invento de las ruedas independientes ya lo había probado en otros coches y nunca me ha gustado (en el momento que el sistema coge una pequeña holgura, la rueda tiende a "meterse" debajo del coche, frenándolo y afectando gravemente a la estabilidad y a la motricidad).
Resultado: el coche es muy noble, es un vicio rodar y rodar, vamos cada vez más rápido, da la sensación de que el límite está lejos, y los tiempos salen.








Tras rodar 100 vueltas en pista muy abrasiva, los neumáticos se han gastado muy desigualmente, nos encontramos con que hay zonas con un dibujo perfecto y otras completamente lisas.


Teniendo en cuenta que es un coche para circuitos, tampoco se nota el handicap de la guía de chapitas, lo que hace que tengamos un coche ideal para hacer una Copa Plymouth o ¿por qué no unas Trans-Am Series?




Un saludo.